Desde hace varios días vengo pensando en el próximo cumpleaños de Mateo, yo siempre he pensado que hay que celebrar cada cumpleaños tanto niños como adultos por que es un año más que se cumple en nuestro corto paso por la vida por que somos nosotros quienes decidimos crear memorias eligiendo fechas especiales para compartir con los que queremos; de chiquita tuve varias fiestas unas más grandes que otras, mi mamá planeaba cada una con algun motivo que a ella le gustara, su preferido definitivamente era unos conejos jugando y una conejera cerca, otro motivo era pollitos, pero en general habian animalitos involucrados en la decoracion de la torta, eran los setentas y principios de ochentas asi que no habian tantas cosas de cumpleaños con motivos diversos como ahora, las fiestas pequeñas eran de unas cincuenta personas y las grandes con más de cien (como en mi primera comunion, que habian 120 personas en la terraza del patio de la casa), es más una de las cosas más importantes para mi es que halla una torta, asi sepas que no va a ir nadie por que si no hay torta pues no hubo cumpleaños. Ya habiendo explicado a groso modo mi punto pues es obvio que al ser mamá quería hacer lo mismo con mi hijo, que el recordara con una sonrisa su cumpleaños como un día especial que es alegre y de celebración, para el primer año aún estaba mi mamá con nosotros y elegimos juntas en Miami muchas de las cosas de la super fiesta que teniamos en mente, ella la quería en grande y por supuesto yo también. Hubo titeres, juegos, estubo Elmo, mucha comida, todo quedó divino, solo que el niño del cumpleaños se pasó la fiesta en los brazos de la tia y hasta se durmió, por cierto ese día una amiga pediatra me dijo que si yo habia notado que Mateo se tapaba mucho los oidos, que mirara eso con detención, se podría decir que las dudas comenzaron en ese instante, bueno aunque no quiero desviarme de la idea principal que es el cumpleaños numero cinco de mi hijo.
Con mucho dolor he decidido no hacer ninguna fiesta este año, por fín pude aceptar que a Mateo no le gustan, las disfruta un rato por los juegos pero luego la gente y el ruido lo abruma, además de eso no le gustan los dulces y golosinas, no le gusta la torta, no le gustan los jugos, no le gusta la tradicional pizza que se brinda en estas fiestas y recordé que el año pasado mientras todos los niños estaban sentados en un salon comiendo pizza felices el dueño de la fiesta estaba afuera solo con su papá tomandose un tetero de Nesquik... Vale la pena hacer esto de nuevo?.
Yo soy conciente de todo esto, sin embargo no dejo de sentirme mal, yo quisiera que él se entusiasmara con la idea de su cumpleaños, que eligiera un motivo y me ayudara con la lista de los niños que quiere invitar, yo sé que el no está sufriendo el no tener una fiesta pero mi frustración igual no desaparece y me da rabia que el autismo me robe tantos momentos que imaginé desde mi embarazo como los juegos de Beisbol o de Futbol, clases de gimnasia o karate o lo que el quisisera, me robaron las clausuras de curso usando disfraces y bailando para todos los papas, yo adoro a mi hijo y no lo cambiaría por nadie, de hecho no me lo imagino de otra manera, pero estas pérdidas son un duelo que no he podido procesar aún, se que lo voy a hacer por que no es sano sentirme asi por siempre, pero sobre todo no es justo con el, por que mi niño es dulce y perfecto, solo es diferente y como dice Temple Grandin "Diferente no es menos", mi pequeño genio no quiere fiestas solo quiere que lo dejen en paz, disfrutando tranquilo de la forma que a el le gusta.
Para ser totalmente honesta debo confesar que así el no coma torta le voy a comprar una, por que la parte de cantar Happy Birthday si le gusta, de manera que va a tener una con muchas velas para cantarselo todas las veces que el desee, recibiendo el inmenso amor de sus personas favoritas Mamá y Papá.
Este es quizá el tema más frivolo del que puedo hablar relacionado con ser la mamá de Mateo pero para mi representa parte de las cosas a las que he tenido que renunciar, he tenido que cambiar mis expectativas para no tratar de obligar a mi hijo a encajar en un mundo que no entiende ni es justo con personas como el. Yo debo ser su voz y compartir su mensaje, compartir que aunque no le gustan las fiestas debo sentirme orgullosa de mi hijo y sus habilidades excepcionales, su increible memoria visual, la forma tan rapida que tiene para retener y acumular conocimiento, como me decía la profesora en la última reunion que tuvimos, "estamos enfocados en desarrollar habilidades y comportamientos para su vida cotidiana, para ayudar en la forma como interactua con sus pares, por que en la parte académica el tiene un master y me mostró los objetivos academicos de su salon y como Mateo los supera con mucha ventaja frente a los otros niños neurotipicos (es la forma linda de decir que no tienen autismo o algún retraso en el desarrollo) por ejemplo estan trabajando las vocales y el se sabe el abecedario completo en ingles, español e italiano, debe contar hasta 10 y el cuenta hasta cien y asi es todo en general, salí de esa reunion sintiendome privilegiada de que ese niño tan inteligente sea mio, mi hijo deseado y adorado, en esos momentos me siento la mujer más afortunada del mundo por ser la mamá de Mateo.
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